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Creando a Natasha: Nuestra primera prueba de Consistencia con avatares de IA

  • Foto del escritor: Invisible Work
    Invisible Work
  • 9 jul
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 9 jul

De los primeros experimentos a la creación de un personaje digital controlable.


Una modelo antes de Natasha

Antes de Natasha, comenzamos nuestras pruebas de consistencia con otra modelo generada por IA. No tenía nombre ni una identidad clara, pero fue esencial para entender los primeros límites del proceso.


Con ella exploramos:

  • Repetición de rasgos faciales en distintas imágenes

  • Estabilidad en el peinado

  • Control de expresiones con variaciones de luz


Aunque no avanzamos con ella hacia escenas con productos o estilismo complejo, fue una primera etapa clave. Esas pruebas iniciales dejaron algo claro: incluso lograr un nivel básico de continuidad requería ajustes finos, iteración constante y una mezcla entre generación automática y refinamiento manual.


¿Por qué Natasha?

Tras los aprendizajes iniciales, decidimos empezar desde cero con un enfoque más claro: crear un avatar con una estética cercana a la moda, que nos permitiera probar composición, expresión y variaciones de escena sin perder identidad visual.

Natasha nació con ese objetivo: ser un personaje digital que pudiéramos controlar, observar y desarrollar a través de pruebas.


Retrato en primer plano de un avatar femenino generado por IA, con estilo retro, labios rojos brillantes, iluminación dramática y fondo rojo.
Retrato de un avatar femenino generado por IA, con cabello largo oscuro, expresión suave, maquillaje natural y fondo blanco.
Retrato generado por IA de un avatar femenino con expresión neutra, iluminación natural, cabello peinado hacia atrás y fondo oscuro.

El reto

Trabajar con Natasha nos permitió enfocar mejor nuestras preguntas:

  • ¿Cómo mantener la identidad facial al cambiar de entorno o vestuario?

  • ¿Qué impacto tienen la luz, el ángulo de cámara o el lenguaje del prompt en su estructura visual?

  • ¿Podemos hacer que “se sienta” como la misma persona en todas las imágenes?


Lo que aprendimos

Los resultados no fueron perfectos —y ese era justamente el objetivo. Cada prueba reveló nuevas variables: cómo la ropa afecta la geometría del rostro, cómo cambia el control de la expresión al variar la iluminación, o cuánta corrección manual sigue siendo necesaria.

Pero a través de este proceso entendimos que la consistencia no se trata solo de repetir: se trata de tener control creativo. Natasha se convirtió en nuestra línea base para probar nuevos flujos de trabajo, donde la generación con IA y la postproducción pueden encontrarse a mitad de camino.


Lo que viene

Natasha es solo el comienzo. Con ella como base, estamos avanzando hacia escenas más complejas: pruebas de movimiento, interacción con producto, múltiples avatares y exploraciones de estilo.


Nuevas rutas para la creación audiovisual

Aunque este proyecto comenzó como una prueba técnica, rápidamente nos mostró posibilidades que van mucho más allá de un avatar bien generado. Herramientas como estas podrían transformar la forma en la que se desarrolla contenido visual: desde la ideación hasta la ejecución.


Nos interesa ver cómo estas tecnologías pueden complementar procesos reales de producción: ahorrar tiempo en previsualización, generar personajes que no existen, o facilitar la creación de campañas visuales sin depender de modelos, locaciones o sets tradicionales.


No creemos que esto reemplace lo que ya hacemos. Pero sí que puede abrir rutas nuevas — y expandir lo que entendemos por producción y postproducción audiovisual.

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